Mercado online
El marketplace es como el mercadillo de tu barrio, pero a nivel global y online; es decir, un espacio en la red donde fabricantes y proveedores pueden vender sus productos. Los usuarios acceden a estas páginas y pueden encontrar practicamente cualquier cosa que quieran comprar.
Los marketplaces funcionan como grandes plataformas en las que los vendedores “alquilan” un espacio para poder vender sus productos desde la plataforma, directamente.
Tienes ejemplos muy conocidos como Ebay o AliExpress. Y por supuesto Amazon.
En Amazon puedes vender como vendedor individual, menos de 40 ventas al mes, o como vendedor Pro.
En el primer caso, solo pagarás a Amazon cuando vendas algo. Pero si vendes por encima de esa cantidad o en grandes volúmenes, entonces te interesará convertirte en vendedor Pro.
En este caso, tendrás que pagar una cuota fija al mes de 39 euros, además de las comisiones variables de cada artículo vendido.
¿Cómo vender productos físicos en Amazon?
Si hablamos de plataformas de venta online para vender productos físicos, no podemos dejar de mencionar al gigante del ecommerce por excelencia: Amazon.
Amazon incluye un espacio para el pequeño vendedor, por lo que puedes publicar tus productos en su web y llegar cada día a millones de clientes potenciales de todo el mundo.
Entonces, ¿deberías plantearte vender tus productos físicos en Amazon?
Depende de tu estrategia de negocio.
Para muchos comercios pequeños puede suponer un boom en sus ventas y crecimiento de negocio, mientras que para otros puede ser un gran fracaso y la imposibilidad de diferenciar tu marca en un mercado demasiado saturado.
Hay muchas variables que analizar, incluido el tipo de producto que vendes, la competencia, precio, factor diferencial, etc.
Ventajas de vender en Amazon:
Lo más atractivo es que vas a impactar a millones de clientes potenciales en todo el mundo. Amazon cuenta con millones de visitantes únicos que pueden convertirse en tus clientes. Y a más ojos que miran tus productos, más posibilidades de venta tienes.
Puedes olvidarte de la gestión: tú envías tu stock de productos a los almacenes de Amazon (lo que llaman el sistema FBA), de manera que el gigante guarda tu mercancía y cuando recibe tu pedido tú no tienes que preocuparte por nada, porque es Amazon quien se encarga de empaquetar y enviar el producto.
Inconvenientes de vender en Amazon:
Vender a través de Amazon puede potenciar tus ventas, pero también te expones a los gastos de tarifas. Tendrás que abonar un porcentaje de cada venta, además de una cuota fija mensual. Antes de vender tus productos en Amazon debes asegurarte de que tus márgenes te permitirán obtener beneficio.
Amazon pone el énfasis en los productos, no en los vendedores. Y esto es así porque persigue su propio crecimiento, no el tuyo. Esto significa que podría restringir la exposición de tus productos, determinar qué productos puedes o no vender, etc. Además, Amazon puede aprender de los vendedores, detectar los productos más solicitados y provisionarse él mismo de ellos. Es decir, te podría hacer la competencia.
Aunque la masa de potenciales clientes a los que puedes llegar es descomunal, también lo es la competencia. Y, por si fuera poco, la guerra de precios dentro de Amazon Marketplace puede ser feroz y perjudicar a los pequeños negocios y pymes.
El precio final de los productos lo fija Amazon, no tú. Y no admite negociación. ¿Y si tienes un ecommerce en el que vendes tus productos a un precio superior de lo que decide Amazon? Pues ajo y agua.
Lo que ganas, también lo decide Amazon. En concreto su algoritmo y aquí tampoco hay negociación posible.
No recibes el dinero por transacción de forma inmediata, sino que puede llegar a demorarse hasta 60 días. Y si lo hacen antes, posiblemente incluyan una deducción de aproximadamente el 2%. Este factor hay que tenerlo en cuenta.
Las comisiones por venta pueden llegar a ser del 20%, que es bastante.
¿Cómo empezar a vender en Amazon tus productos físicos?
El primer paso es registrarte, aceptar sus términos y condiciones y configurar tu cuenta rellenando campos de cuentas bancarias, direcciones, teléfono, etc.
Una vez que hayas completado los primeros pasos, podrás empezar a subir tus productos.
Y entre otros datos, Amazon te pedirá el código EAN, que es un código de barras. Si tus productos se han fabricado en Europa, ya tendrán este código, pero si el origen es chino, tendrás que darte de alta en Aecoc para conseguirlo (implica un coste de alta y anual).
Planes de precios para solicitar el código de barras EAN para vender en Internet productos físicos.
Hecho esto, desde “Inventario” podrás empezar a subir tus productos. Te aconsejo que rellenes la mayor cantidad posible de información, ya que será de utilidad para tus futuros clientes (título, color, marca, fabricante…).
Y hecho eso, llegarás a una de las partes más importantes del producto: la descripción.
Aquí te recomiendo explicar muy bien el producto en sí y añadir todas las palabras clave relacionadas con tu temática, para potenciar el posicionamiento dentro de Amazon. Tómate esta acción como si estuvieras trabajando el SEO On Page de tu página web.
A continuación, tendrás que rellenar la máxima información del resto de pestañas (peso, volumen, etc., en función del tipo de producto que estés creando).
Cuando utilizar Amazon Marketplace
Antes de empezar el proceso para vender tus productos físicos en Amazon, déjame decirte algo importante: vender en Amazon NO es para todo el mundo.
Incluso teniendo en cuenta los deslumbrantes datos que las pymes experimentan al vender a través de esta plataforma, solo te lo recomiendo si tienes un producto bastante novedoso o exclusivo y quieres ganar dinero a corto plazo con su venta, siempre y cuando se pueda vender bien a un precio superior a 20 euros y con un margen de beneficio interesante.
Por otro lado, lo aconsejo a quienes ya tienen su propia tienda online u offline y no dependen solo de las ventas que consigan a través de Amazon; o a fabricantes que quieren poner a la venta sus productos, con el objetivo de que la plataforma acabe comprándolos.
Y también te puede resultar interesante para medir la demanda de tus productos en determinados países sin importarte demasiado el resultado de las ventas.
Vender productos físicos con Shopify
Shopify es la herramienta ideal para montar una tienda online de productos físicos. Tienes opción de empezar a usarla gratis durante 14 días. Después ya tienes que pagar, pudiendo elegir 3 posibles planes de cuota mensual.
El plan más económico cuesta 29 dólares al mes. Con él tienes las siguientes opciones:
- Número de productos ilimitado.
- Almacenamiento de archivos ilimitado.
- Certificado SSL.
- Soporte 24/7.
- Creación manual de pedido.
- Códigos de descuento.
Como ves, la opción más barata ya te ofrece opciones muy interesantes con las que puedes tener de sobra para gestionar tu tienda.
Principales características de Shopify:
Amplia variedad de plantillas prediseñadas que te permitirán crear de forma sencilla una tienda online con aspecto profesional, aunque no tengas conocimientos de diseño. La curva de aprendizaje, por tanto, es pequeña.
Puedes convertir tu móvil o Tablet en un TPV, por lo que podrás vender a un cliente en persona si está delante.
Muy escalable, sobre todo si estás pensando en crear una tienda online para ventas internacionales.
Todos los pagos se centralizan por el uso, por lo que apenas hay gasto en el desarrollo del proyecto.
Puntos fuertes de Shopify:
Proporciona alojamiento en sus servidores, por lo que no necesitas contratar un hosting.
Puedes incluir galerías de fotos de los productos, comentarios, valoraciones de los clientes y un chat en directo para resolver dudas de los usuarios en directo sin tener que añadir un plugin adicional.
Tiene un buen backend y proporciona analíticas bastante completas para ver la evolución de la tienda y tomar decisiones en función del comportamiento de los usuarios.
Vender en Facebook es posible a través de Shopify.
Incluye blog, por lo que podrás acompañar tu tienda online con la publicación de artículos de forma periódica, sin necesidad de crear un espacio específico de forma paralela.
Sistema de impuestos automático por país a partir de la ubicación del usuario, sin que tú tengas que preocuparte por nada.
Puedes vender incluso sin tener el producto, ya que Shopify se integra con sitios de dropshipping con aplicaciones como Ordoro, HubLogix o Inventory Source.
Inconvenientes de Shopify:
- No está pensada para idiomas diferentes al inglés, por lo que algunas URL de páginas se quedarán en este idioma, sin posibilidad de traducirlas al español.
- El alojamiento se encuentra en Norteamérica, con las desventajas que supone para comercios electrónicos europeos, por ejemplo para el posicionamiento orgánico en Google.
- La plataforma es limitada a nivel de herramientas y funcionalidades especializadas (métodos de pago, envíos, etc.).
- Shopify utiliza un lenguaje de código patentado, por lo que no podrás hacer grandes modificaciones para personalizar tu tienda.
- Tu tienda online en realidad no es tuya, sino de Shopify. Si alguna vez quieres cambiar de plataforma, no podrás migrar a otro lugar. Sí podrás exportar los productos en un CSV para ahorrar algo de trabajo, pero el resto, tendrás que volver a crearlo desde cero.
- Aparte de pagar una cuota mensual, por cada transacción tendrás que abonar una comisión.
¿Para qué escenarios te la recomiendo?
Sobre todo puede interesarte si tienes una tienda pequeña y quieres expandir las ventas de tus productos a mercados nuevos de habla inglesa, siempre y cuando la venta de tus productos no te deje un margen de beneficio pequeño.
Recuerda que Shopify tiene comisiones por cada venta, además del pago mensual.
También puede ser interesante si quieres realizar una prueba de mercado con determinados productos. Con Shopify podrás crear tú mismo una tienda online de forma sencilla, sin tener que contratar que lo haga en un CMS como WordPress + Woocommerce.
Conclusiones
El comercio electrónico lleva años experimentando un crecimiento constante y todas las previsiones apuntan a que así seguirá siendo en el futuro.
El canal online es una vía esencial hoy en día para hacer negocios, tanto si quieres vender productos digitales como físicos. Y para ello, como has visto en este artículo, existen diferentes opciones.
La elección de la plataforma de venta es una decisión que deberás tomar en función de tu modelo de negocio, los productos que quieras vender y tus propios objetivos.
No obstante y a modo de resumen, antes de decantarte por una o por otra, ten en cuenta estos aspectos:
- Comisión: muchas plataformas de venta online te exigirán una tarifa por ventas, por lo que conviene sopesar si los costes requeridos te permitirán hacer un negocio rentable.
- Volumen de visitas: dependiendo de lo conocida que sea una plataforma, el volumen de potenciales varía. Esto no quiere decir que la de mayor alcance sea la que más te conviene (piensa en Amazon, por ejemplo, que a mi juicio no es para todo el mundo la más ideal). Incluso, a veces, una plataforma especializada en un nicho o sector concreto puede ser más adecuada.
- Precio de los productos: muchas plataformas de venta te permitirán fijar tus propios precios, pero otras llevarán unas condiciones que tendrás que aceptar sí o sí.
- Competencia: ¿para vender vas a tener que luchar en una batalla épica y sudar sangre, sudor y lágrimas? Pues igual esa plataforma no es la más interesante para ti.
- Interfaz: en el caso de las plataformas de venta en Internet que te permiten crear tiendas online propias, es de gran ayuda que incluyan una interfaz con un sistema de gestión interno sencillo y que no te vuelva loco.
- Funcionalidades: creación de páginas de venta, opciones de marketing avanzadas (upsells, donwsells, ofertas bump…).
- Integraciones: sobre todo en el caso de la venta de productos digitales, cuantas más posiblidades tengas a tu alcance, mejor.
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